Sala de Prensa

12/04/2007

Responsabilidad cívica de la sociedad frente a Ley de Responsabilidad Penal Adolescente

Columna de Erwin Neumann Montecinos, Defensor Regional de Aysén.

El próximo 08 de junio en todo el país comenzará a regir la ley 20.084 de Responsabilidad Penal Adolescente. Esta ley significará un importante cambio en materia penal juvenil ya que por primera vez en Chile, los jóvenes entre 14 y 18 años de edad serán responsables penalmente por los hechos en los que se vean involucrados.

Tengo la impresión de que muchas personas esperan con impaciencia que esta ley sea implementada ya que la consideran una forma de "controlar" aspectos negativos de la conducta adolescente; sin embargo, me parece que la mayoría olvidamos que si bien esta ley hará responsables penalmente a los adolescente por sus actos, no es menos cierto que la sociedad en general, y la familia en particular, seguirán manteniendo una responsabilidad cívica ineludible frente a las conductas de estos jóvenes y a las formas de rehabilitación.

Cuando vemos a adolescentes participando de desmanes en protestas en Santiago o cuando sabemos de aquellos que cometen desórdenes, hurtos, etc. en nuestra región, pareciera que olvidamos que esos menores de edad, dependen de un adulto responsable que debiera velar por su bienestar y su comportamiento en sociedad. Es así que la vigencia de la nueva ley, de ninguna manera minimizará la importancia que tiene en la vida de los adolescentes la guía de sus familias o de otro adulto.

Por otra parte, el adecuado funcionamiento de esta ley exigirá que la sociedad en su conjunto: la familia e instituciones públicas y privadas, asuman la responsabilidad de educar a los jóvenes de modo de mantenerlos alejados de hechos delictivos y, por otra parte, deberá facilitar la rehabilitación y reinserción social de los que hayan infringido la ley, de lo contrario, la aplicación de la normativa carecerá de sentido.

La Ley de Responsabilidad Penal Adolescente no sólo busca la sanción para el menor de edad que cometió una falta o un delito, sino que busca su rehabilitación, su reinserción a la sociedad, y eso sólo podrá lograrse si como sociedad estamos informados y comprometidos con el espíritu de la ley, y si como familia estamos dispuestos a impartir valores sólidos a nuestros hijos.

En definitiva lo paradojal de esta ley es que si bien por el hecho puntual responderá el adolescente, en el fondo quien deberá asumir un mayor compromiso y responsabilidad en la educación y formación valórica de los jóvenes somos los adultos.

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